Los sindicatos que representan a los trabajadores de la atribulada empresa salmonera chilena Nova Austral han enviado un mensaje al gobierno para que no socave el negocio.
Se dice que Nova Austral, que cultiva en el sur de Chile, debe más de 500 millones de dólares (409 millones de libras esterlinas). La empresa emplea directamente a 800 personas y genera alrededor de 2.000 puestos de trabajo indirectos.
Los acreedores de Nova Austral están considerando actualmente la posibilidad de aceptar un paquete de rescate para la empresa, pero su decisión se ha retrasado varias veces.
Nova Austral presentó su primer borrador de plan de reestructuración a principios de agosto, al que siguieron una serie de aplazamientos y revisiones.
Ahora está prevista una respuesta antes de Navidad. Las noticias de la Bolsa de Valores de Oslo (la compañía tiene fuertes vínculos con Noruega) decían: «La reunión se pospuso del 5 de diciembre de 2023 al 15 de diciembre de 2023. Los acreedores votarán sobre el acuerdo de reestructuración en la reunión».
Mientras tanto, los sindicatos enviaron una carta al presidente chileno, Gabriel Boric, solicitando a su gobierno que levante algunas de las sanciones impuestas a la empresa.
Los trabajadores dicen que algunas de las sanciones son desproporcionadas, excesivas e injustas y contradicen lo que algunos miembros del gobierno han dicho a la empresa y a algunos empleados.
Le han dicho al presidente que es importante no castigar a la empresa porque miles de personas sufrirán si se le permite irse.
La propia empresa achacó sus problemas a «circunstancias excepcionales», argumentando que algunas de ellas estaban fuera de su control.
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