En el 45º aniversario de la constitución española, el abogado y premio por el Derecho a la Vida Joan Garcés analiza el proceso constitucional de Chile y el próximo referéndum, diciendo que el último proyecto de constitución de Chile es «un plan muy regresivo». Garcés debería saberlo: se desempeñó como asesor personal del expresidente Salvador Allende hasta el golpe de 1973 y fue el artífice del arresto del dictador Augusto Pinochet.
El 6 de diciembre se cumplió el aniversario de la Carta Magna de España. Chile está haciendo un segundo intento este año de cambiar su constitución, Joan Garcésquien recibió Premio al Medio de Vida Derecho 1999Aprovechó la oportunidad para comparar el proceso constitucional del país latinoamericano con su antiguo proceso colonial.
«Hace cuarenta y cinco años se ratificó en España la Constitución monárquica, que sustituyó al sistema jurídico de la dictadura del general Francisco Franco», recuerda Garcés.
Sin embargo, Garcés sugirió que todavía existen vestigios del franquismo en la constitución española.
«La transición al multipartidismo constitucional que existe actualmente se hizo con la especificación de que una constitución y su reforma sólo serían reconocidas si era aceptada por los partidarios de la dictadura», dijo Garcés. «Se trata, por tanto, de una constitución cerrada e inalterable».
La desventaja de constituciones rígidas como la ley española es que no se adaptan a los cambios y necesidades de la vida social, aumentando la posibilidad de crisis.
«Este es el caso de Chile», dijo Garcés. «Hubo una transición de un gobierno autoritario a un sistema multipartidista, adoptando una constitución impuesta por la dictadura en 1980. Incluía las estructuras creadas durante la dictadura: estructuras económicas que concentraban la riqueza y estructuras mediáticas. Un golpe militar en 1973 y apoyo 17 años de dictadura.
Según Garcés, la perpetuación de estas estructuras explica la crisis social de 2019 y la decisión del gobierno de afrontarla a través de una nueva constitución que «debe responder a las necesidades democráticas, sociales, económicas, ambientales y medioambientales de la realidad actual del mundo». Especialmente Chile», afirmó Garcés.
A la luz de esta visión, se eligió un nuevo gobierno encabezado por Gabriel Boric, que asumió el poder en marzo de 2022, iniciando el tan esperado proceso constitucional. Su primer proyecto de constitución fue rechazado seis meses después con el 62 por ciento de los votos. Garcés dijo que su fracaso fue, entre otras cosas, una respuesta al retraso del nuevo gobierno en implementar sus promesas de campaña.
«Ese gobierno, que llegó al poder con mucha confianza y expectativas entre quienes lo eligieron, decidió posponer sus acciones más importantes hasta que se ratificara la constitución», dijo Garcés. «Por lo tanto, se desperdiciaron los primeros meses fundamentales para revelar el cambio político y la personalidad del nuevo gobierno».
En septiembre de 2022, una gran parte del electorado no votó ni a favor de una nueva Carta Magna ni a favor del mantenimiento de la constitución anterior.
«Especialmente los votantes menos educados y políticamente informados, más susceptibles a la influencia de los principales medios de comunicación que se oponen al cambio, votaron en función de si estaban a favor o en contra del nuevo gobierno», dijo Garcés. «El descontento con las políticas no cumplidas y la relativa inacción del gobierno llevaron al rechazo del proyecto de constitución».
A partir de ahí se creó otro organismo para preparar un segundo borrador de la constitución. Esta vez, estuvo «prácticamente completamente controlado por la extrema derecha», dijo Garcés. La propuesta constitucional será sometida a consulta el domingo 17 de diciembre.
Cuando se le preguntó sobre su hipotético referéndum sobre el segundo proyecto de Constitución, Garcés se mostró firme en su respuesta.
«Voto sólo en España, pero, francamente, si se propone un proyecto constitucional extraordinariamente reaccionario en todos los aspectos -social, económico, político, relaciones cívico-militares- mi voto será negativo», afirmó Garcés.
Garcés no ha regresado al país desde su apresurada salida tras el golpe de septiembre de 1973. Sin embargo, su tenacidad para buscar justicia para los dictadores durante los últimos 50 años no ha flaqueado.
«Si se aprueba el plan de la ultraderecha, será la Constitución más reaccionaria de toda la historia de Chile, pero legitimada democráticamente, lo que no ocurre con la Constitución impuesta por la dictadura en 1980», afirmó Garcés.
«Y si se rechaza este proyecto de constitución regresivo, se restaurará la constitución anterior al movimiento de protesta de 2019. Por lo tanto, se puede decir que quienes impulsaron este proceso han sido derrotados total y estratégicamente.
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